lunes, 30 de abril de 2012

Capitulo 27


Gina y Aaminah se instalan en la gran casa que tenía Emilio.
--¡esto es una maravilla¡ ¡no sé si voy a querer irme¡
Aaminah mira a Gina con reproche.
--¿No crees que ya has hecho las cosas suficientemente mal?
--¡pero es que Emilio me iba a dar mucho dinero por este bebé y ahora Héctor se queda con todo…¡ ¿no me podría dar algo de dinero?
--¿¿es que venderías a tu hijo?
--¿porqué no hablas con Héctor?
Aaminah no quiere angustiar más a Héctor. Busca su maleta.
--¡toma las escrituras de mi departamento¡ ¡la herencia que recibí de mi madrina¡¡¡ ¡ahora es tuyo¡ ¿no crees que con esto y con lo que ya has recibido tienes bastante?
Gina se queda más conforme.


Héctor está solo en la cafetería que está cerrada al público. Está más solo que nunca. En esos momentos es cuando necesitaría a un amigo, el apoyo de sus padres pero sus padres se alejaron de él y no ha vuelto a saber de ellos desde que estuvo en la cárcel. Está tentado a marcar a su vieja. Llaman a la persiana. Es Marcos con el pequeño Héctor. Marcos se muestra muy cariñoso con el pequeño:
--hijo, dale un beso a tu tío Héctor.
Héctor se agacha. Se emociona mucho por el beso de su hijo. No es un verdadero padre para ninguno de sus hijos y no cree poder hacerlo con el que viene en camino porque siente un gran odio hacia Emilio. Mientras el pequeño Héctor recorre las instalaciones, Marcos y Héctor hablan con una cerveza en la mano. Marcos no quiere hablar del pasado. Con la madre muerta nada lo separa del niño.
--Siempre y cuando te quede claro que es mi hijo no quiero alejarte de él. Puedes estar en su vida como un tío.
Están los dos sentados en una mesa. Héctor le pone la mano en los hombros muy fraternal.
--Yo nunca quise separarte de tu hijo. Ha perdido a su madre, no es justo que pierda a su padre.
Los dos miran al pequeño que aún cree que algún día volverá a ver a su madre.
--¿y tú como lo llevas? –Marcos.
Héctor no quiere cargar a Marcos con sus problemas pero necesita desahogarse. Héctor no puede ni quiere olvidar la manera en la que Emilio se metió en su vida, usarlo de esa manera, jugar con él como lo hizo para hacerse con un hijo de él es algo que no se lo perdonará nunca a Emilio.
--¡Es un pervertido, un enfermo sexual…¡
Marcos no puede evitar pensar con asco que tanto él como su hermano se acostaron con ese tipo por un dinero que ahora es una migaja en comparación con lo que le ha dado a Héctor por nada.
--Te salvó la vida.
--¿¡te das cuenta que me espiaba?¡ ¡¡él muy pervertido sabía todo de mi, disfrutaba sabiendo como yo era en la intimidad¡
Héctor se siente desnudo de alma a parte de cuerpo.
--¡meter una puta en mi cama, hacer que se embarazara¡ ¡¡es lo peor¡ --Héctor rabioso.
Héctor se levanta. Todo este tema le pone muy nervioso. Marcos se levanta y se queda cerca con él. Héctor da un golpe a la barra.
--Menos mal que Aaminah se hará cargo de todo.
--Ella debe amarte mucho como para hacerse cargo de tu hijo.
Héctor se le ríe.
--¿¿qué tontería? ¡¡lo hace por Gina¡
Marcos le sonríe.
--No, ella está enamorada de ti.
Héctor no quiere reconocerlo, no quiere añadirse un problema más.

Esa tarde, Héctor y Aaminah caminan por los jardines de la gran casa de Emilio.
--¿estás segura de lo que haces?
--sí, claro.
--pero es que no tiene sentido que te compliques la vida por un niño que no es tuyo.
--Me apetece ser madre, además si ni tú ni Gina lo quieren… ¿qué voy a hacer? No quiero ser cómplice de un asesinato.
--No sé que decirte, todo esto me viene grande… --dice él sofocado.
Aaminah roza su mano con la de él:
--No digas nada –susurra.
La joven siente que el corazón se le va a salir de la garganta. Ahora son ya más que amigos, un bebé los une. Se le hace raro tener un hijo de él. Un hijo que no está en su vientre pero que será de ella. Un hijo de él que la trata como a su hermana. Entran en la casa.
Ella lo siente cercano pero a la vez tan lejano. Han acordado que ella se quedará con Gina mientras él se ocupa de la cafetería y le da dinero a ella. Aaminah lo ve irse suspirando enamorado.

Día a día, semana a semana, Héctor se persona a casa de Emilio, se preocupa por Aaminah ésta quiere que se sienta comprometido con su hijo pero no por obligación, que esté con ella porque lo desea. Aaminah lo llama para enseñarle la ecografía.
--¡¡es un varón¡ ¡¡es un varón¡
Héctor se siente extraño. Es su cuarto hijo. No sabe cómo tiene que reaccionar. Aaminah se da cuenta que está asustado y es cariñosa con él.
--Este hijo no lo vas a perder pero tampoco te voy a exigir nada… estaremos aquí para lo que necesites…
Eso sí le pide elegir el nombre.
--si claro. Lo que quieras.
--Emilio.
Héctor se molesta.
--¿¿¡es que esto es una burla?¡
Héctor empieza a gritar y Aaminah se le lanza encima. Lo abraza y lo besa.
--Qué haces?
--Es algo que ya traté de hacer… te amo…
Ella lo va arrastrando hacia la cama mientras lo va desnudando. A él le gusta demasiado el sexo como para decir no.
--Aaminah… eres mi amiga… --jadea mientras ella le ha sacado la camisa y le muerde los pezones-- Aaminah si sigues así no podré parar…
--no quiero que pares… --jadea ella.



Héctor se deja llevar por sus instintos. Aaminah se aferra a él. Llora de felicidad. Desde que lo conoce lo ama y soñó con este momento. Héctor se levanta desnudo de la cama. Se pone los boxers.
--¡esto fue una locura, no debimos hacerlo¡
Él se siente culpable, siente que se esta aprovechando de su amiga. Aaminah sale de la cama envuelta en la sábana. Lo abraza.
--Tenemos un hijo, almenos que le pueda contar que tuvimos una historia…
Héctor es muy cariñoso con ella:
--No quiero hacerte daño…
Ella lo besa en las manos:
--Pues quédate conmigo, como amigos con sexo… ¿Cuál es el problema?
Para él ninguno. La mira confundido.
--tú me amas.
--No te pido nada…
--No quiero hacerte daño… --cariñoso.
--Quédate conmigo… me conformaré con lo que tú quieras darme… Tu hijo y yo te necesitamos pero jamás te pediremos nada…
La oferta es demasiado buena como para rechazarla.
--espero que nunca me odies por haber arruinado tu vida.
Aaminah le pone la mano en la mejilla:
--te amaré siempre, por eso quiero que este niño se llame Emilio porque es gracias a Emilio que estoy viviendo los momentos más felices de mi vida.
Aunque no está de acuerdo, Héctor la abraza:
--haremos lo que tú quieras…
Le han pasado demasiadas cosas en poco tiempo y Aaminah es la única que le ha ofrecido unos brazos, un lugar donde reposar. Donde no pensar.







jueves, 26 de abril de 2012

capitulo 26


Gina está en la farmacia. Se hace un test de embarazo. Ella misma se convence de que lo que está pasando no tiene sentido.

--sólo han sido unos días en los que no me he cuidado… Es imposible que me haya quedado embarazada… ¡es imposible¡

Siente que el mundo se le viene encima. No hay error posible. Está esperando un hijo de Héctor. La joven se derrumba.

--¿¿¡y ahora qué hago?¡

No quiere ser madre. Le gusta mucho Héctor pero no quiere atarse a su vida, no quiere atarse a nadie. Ese hijo sin el dinero que le iba a dar Emilio no tiene sentido.



Héctor llora. Se siente más solo que nunca. Llama a Gina pero ésta no le toma la llamada.

--Donde estás Gina??dónde?

Héctor está fuera de la cafetería. Necesita estar con ella, Gina da tumbos por la calle sin querer ver a nadie. Sin asimilar que lleva vida dentro de ella.






Aaminah llega a su apartamento. Gina está guardando unos informes en su bolso.

Gina no le está haciendo caso a su amiga, está metida en sus problemas.

--Me he enterado que Héctor es el heredero de nuestro jefe …¡es rico¡ ¡no me lo podía creer¡

A Gina se le cae un papel al meterlo en el bolso. Aaminah lo ve. Es de una clínica que realiza abortos.

--¿¿¡estás embarazada?¡ ¡¡¿vas a abortar?¡

Gina llora.

--¡no tengo otra salida¡

Aaminah la abraza:

--¿y el padre?

Gina se derrumba y acaba confesando:

--Es de Héctor…

Aaminah se aparta de su amiga, lo siente como una puñalada. Llorando Gina le cuenta:

--Emilio encontró mi número en la sección de contactos del periódico. Me pagaba para joder con él y luego contarle. Me embaracé para venderle a mi hijo.

Aaminah primero la bofetea. Luego la abraza.

--¡Es el hijo de Héctor…¡ ¡¡no lo vas a matar¡

Aaminah lo tiene claro:

--si no lo quieres… ¡yo me lo quedo¡

Gina se saca un peso de encima.

--¿y qué harás con el otro Héctor, con tu amante?

No lo volverá a ver, lo único que le importa ahora es el hijo de Héctor.

--tenemos que ir donde Héctor, le tenemos que contar –Aaminah.

Gina tiene miedo.

--¿qué le voy a decir?

Aaminah está a su lado, apoyándola.

--la verdad.

La abraza. Están juntas en esto. Aaminah está dispuesta a defender la vida del hijo de Héctor con uñas y dientes.

--pero con la verdad. Lo que le hicieron a Héctor es muy sucio, no le podemos ocultar que va a ser padre.



Hector está en la cafetería de Emilio reunido con el abogado de Éste. Héctor está como en shock. Emilio, al que despreciaba por su deseo a él, ha dado su vida por él y lo ha nombrado su único heredero. Ahora Héctor es rico.





Llaman a la persiana que está medio bajada. Se sorprende al ver a Gina con Aaminah. Abraza a Gina.

--¿¡dónde estabas? ¡te he llamado muchas veces¡ --Héctor.

Gina se muestra fría. Aaminah se lo suelta de golpe.

--¡la has dejado preñada¡

Héctor se aparta de ella. Hace que no con la cabeza.

--¡no me puedes haber hecho esto¡ ¡¡tú te cuidabas¡

Gina agacha la mirada. Aaminah acaricia de la mano a Héctor:

--Gina y yo somos amigas de hace años… te juro que no sabía lo que te estaban haciendo. No lo hubiera permitido.

Héctor está muy sorprendido:

--¿de qué hablas?

--Emilio le pagó para que se acostara contigo. Quería saber de ti, le pagó para que se embarazara de ti y luego quedarse con tu hijo…

Héctor mira horrorizado a Gina y a Aaminah. Espera que se rían, que le digan que es una broma pero por las caras de ellas se da cuenta que no, que no es una broma. Da un puñetazo a la pared.

--¡Emilio es un monstruo… un pervertido… ¡

Se enfrenta a Gina…la zarandea.

--¡Cuánto te pagaba, puta¡¿¿qué le contabas?

Gina llora. Sabe que no tiene defensa. Aaminah agarra del brazo a su amado.

--Eso ya no importa… ¡espera un hijo tuyo…¡

Héctor se aparta de Gina está desesperado. Empieza a dar puñetazos, a dar patadas contra la pared.

--¡tu amiga es una puta… ese hijo puede ser de cualquiera¡

Aaminah lo abraza por la espalda.

--iremos a un médico por si se puede hacer una prueba desde ya… si no es hijo tuyo me hago cargo yo sola… si es tuyo… tú te haces cargo conmigo…

--Está bien… no es hijo mío…

Gina y Aaminah se van juntas. Héctor se siente más solo que nunca. No tiene a nadie a quien contarle.


Días después, Gina, Aaminah y Héctor están en la consulta de un médico. Se han hecho las pruebas pertinentes que demuestran que Héctor es el padre del hijo de Gina. Héctor se desespera. No quiere tener otro hijo y menos porque Emilio así lo quisiera. Sale de la consulta furioso. Dando patadas a todo lo que encuentra. Aaminah y Gina salen detrás.

--¿¿te vas a calmar? ¡¡así no se arreglan las cosas¡ --Aaminah.

A Aaminah le duele ver a su amado sufrir.

--¡yo no tengo la culpa, no es justo¡

Aaminah acaricia la mejilla de su amado:

--Yo me haré cargo. Sólo necesito que le des tu apellido, que me pases una pensión… Dinero no te falta…

--¡No voy a aceptar ese dinero¡ --Héctor con rencor.

Aaminah lo acaricia:

--Lo harás… para tu hijo. No tendrás que hacer nada, si no quieres estar a mi lado, lo entiendo.

Gina lo que quiere es deshacerse de ese bebé:

--¡yo me iré en cuando nazca, ustedes lo adoptaran¡

Las amigas se miran con complicidad. Ese bebé será un lazo que unirá a Héctor y a Aaminah para siempre.

miércoles, 25 de abril de 2012

capitulo 25





Héctor está tumbado en una camilla. Le están haciendo un masaje en forma de G. Es algo que quiere hacer para Gina porque está muy contento con ella y le quiere demostrar que es importante para ella  aunque no quiera tener un compromiso con ella y bueno sólo en una g y siempre puede decir que es g de guapo. Héctor sonríe pensando en la cara de Gina cuando lo vea.



Al cabo de un rato, Violeta está emocionada. Se va tocando el vientre. Le va hablando a su bebé.

--¡te vas a llamar como él¡

Lo ama, ha vivido su primera vez con él, está esperando un hijo suyo pero no sabe nada de él.

--¿él debe saberlo? No, no es justo. Yo lo engañé y él no quiere saber nada de mí...No está bien que no se lo diga.

Ella es feliz teniendo a ese hijo, sabe que Héctor no desea nada con ella y lo entiende. No lo quiere presionar. No sabe bien qué hacer. Va hacia la cafetería. Él no está.

--¡maldita sea¡

Ahora que sabe que lleva su sangre dentro de ella, necesita verlo más que nunca. Decide dar vueltas por la zona para darle tiempo a que aparezca. Él nada que no está.

--¿se habrá ido?

De pronto lo ve llegar hacia ella. Va con un carro vacío. Ha ido a llevar la basura. Héctor pasa por el lado de Violeta que lo mira feliz, que lo mira esperando algo pero Héctor hace que no la ve. Confía en que Violeta se dé cuenta que se avergüenza de lo que ocurrió entre ellos y que no desea saber de ella. Violeta no le dice nada. Se ha quedado en shock. No se esperaba algo tan mezquino de su parte.

--¡este tío es imbécil¡

Tanto años enamorada de casi un desconocido y ahora que lleva un hijo de él en sus entrañas llega a la conclusión que no es digno de que lo ame.

--¡Definitivamente no quiero tener contacto con él¡

A Violeta le da ha dolido mucho el desprecio que le ha hecho Héctor. Éste no puede imaginar cuanto. Siente que su alma se ha roto, no quiere llorar por no lastimar a su hijo pero si tiene claro:

--¡Héctor no merece que piense en él, no merece a mi hijo¡

Hace un esfuerzo por no llorar. Héctor jamás sabrá que la ha dejado embarazada. Nunca más volverá a verlo, nunca volverá a pasar por ese lugar y si puede desaparecerá de la ciudad. El amor de su hijo le será suficiente para ser feliz.



Emilio y Gina van al banco. Emilio le entrega un cheque de 12000 mil euros. Ella le entrega sus pastillas anticonceptivas, es algo simbólico pero que sella su pacto.

--Cuando ya te quedes embarazada firmamos los papeles y te doy la mitad del dinero, el resto cuando des a luz…

Gina está feliz, ingresa el cheque en una cuenta que se abre para dejar ahí todo el dinero que vaya recibiendo de Emilio.

--¡es el mejor negocio que he hecho en mi vida¡ --dice ella para sí.



Emilio está emocionado. Llega a la cafetería muy contento. Héctor está en la barra limpiando. Emilio se emociona. Lo mira con amor.

--¡un hijo, vamos a tener un hijo¡ --piensa.

Le duele saber que nunca tendrá nada con él pero la emoción de pensar que el hijo de Héctor será para él es algo que lo llena de vida.








Gina, como le prometió, le ha ofrecido a Héctor una relación sin ataduras y con todo el sexo que él quiera. Es todo un sueño para él. Se ven todos los días. Aprovechan cuando él sale de la cafetería . Son muy ardientes.

--¡te he echado de menos¡ --jadea ella echándose a sus brazos.

Él le guiña el ojo. Seductor le dice:

--ahora tendrás tu premio. Te espera una sorpresa.

Gina lo hace sentir deseado, un auténtico premio para las mujeres y eso a Héctor le gusta. Le gusta mucho. Le hace sentir muy macho. La besa, es un beso de fuego con sabor a tabaco que excita mucho a la joven. Se comienzan a desnudar nada más entrar en el apartamento, de camino en la cama. Gina ya está desnuda, lo espera ansiosa. Héctor desnudo de pie a su lado. A los dos les gusta mucho el cuerpo del otro, les encanta observarse. Héctor luce con orgullo el tatuaje de G. A ella le gusta pero no se lo toma como una atadura porque sabe que el chico no quiere nada con ella y para Gina es sólo un muy buen negocio.  Héctor abre el cajón de la mesita para agarrar un preservativo.

--¿es que no te fías de mí? Si ya sabes que tomo la píldora… ¿es que crees que estoy enferma?

Gina hace gestos obscenos con su cuerpo, con su boca. Su voz es sensual. Héctor no se lo hace repetir dos veces. Se tira encima de ella y disfrutan nuevamente de un encuentro sexual muy intenso pero sin protección.




2 semanas después...
Gina le ha contado a detalles como es en la intimidad que Emilio es como si ya lo hubiera visto desnudo y pronto tendrá un hijo de él.

Se estremece al pensar que muy pronto un hijo de Héctor pueda crecer en el vientre de Gina, un hijo que ella entregará a Emilio.

--¡ojalá tenga buena puntería¡ --dice para sí-- Cuando tenga a su hijo en brazos me alejaré de Héctor –piensa.

Es un hombre triste, sin amor  pero ese hijo de él que espera tener en unos meses en sus brazos es el mayor regalo que la vida le pueda dar así que siente que ya Héctor habrá hecho suficiente por él y lo dejará tranquilo ya que sabe que a Héctor le molesta verlo.




Gina va a buscar a Héctor porque éste la ha llamado. Un polvo rápido antes de que el chico vaya al trabajo. salen los dos juntos, abrazados. Gina lo acompaña un trozo. Se les ve felices. María los ve y se muere de celos.

--¡no va a ser feliz¡ ¡no¡

María está totalmente enloquecida. Va a su casa. Busca un rifle que pertenecía a su padre. Héctor está en su puesto de trabajo, en la terraza. Atiende una mesa. María aparece disparando a la pared. la gente huye. María apunta a Héctor. Está totalmente enloquecida.

--¡Hoy vas a morir¡

Héctor levanta las manos.

--¡No hagas una locura¡

Pero el desamor del chico la ha vuelto loca y María dispara pero Emilio, que llega en ese momento, se lanza sobre su amado tirándolo al piso. Es Emilio el que cae muerto a los pies de Héctor. Héctor queda conmocionado. María, enloquecida, va a volver a disparar pero es abatida por la policia. Los cadáveres de Emilio y María quedan tirados en plena calle para horror de Héctor y presentes.




Al rato Gina sale de la ducha. Aaminah está hablando por teléfono. La nota angustiada.

--¿qué ha pasado?¿quién era?

Aaminah se sienta en el sofá.

--Era Héctor… ha pasado algo horrible… Nuestro jefe ha muerto…

Gina no le estaba dando demasiado importancia a lo que le contaba Aaminah pero se desesperada al darse cuenta que es Emilio el que ha muerto.

--¿¿¡Emilio?¡¡EMILIO NO PUEDE ESTAR MUERTO¡

Aaminah se sorprende de que Gina se muestre tan afectada.

--¿qué es lo que ocurre?

Gina no tiene intención de dar explicaciones. Sale huyendo desesperada.